Tú leías a Mario Benedetti y yo a Fernando Pessoa.
A veces nos encontrábamos en el mismo vagón entre las estaciones de Quintana y Nuñez de Balboa. Yo regresaba de la Facultad.
Ahora aquellas pupilas son del color del horizonte y este es menos azul.
Ahora son otras miradas las que descubren con inusitada avidez la llegada del metro.
Transbordo en Callao hasta Moncloa.
Encender un cigarrillo antes de salir a la calle.
Una canción de los Doors se escucha a lo lejos.